Desde el Titanic a los earworms … todo por la Cultura.

Hay ocasiones en que nos encontramos con la siguiente respuesta a la hora de pedir una explicación a situaciones que aparentemente no la tienen: … No, lo que pasa es que es un tema cultural. Enfrentarse a esta respuesta es un gigantesco desafío cuando lo que queremos es tratar de generar un cambio profundo o estructural en una organización. Un ejemplo de esto, son los mitos. Buscando en internet encontré este reportaje (english version) que trata de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Uppsala en Suecia, a propósito de celebrarse 100 años del hundimiento del Titanic y que derriba la antigua creencia de que en un naufragio «las mujeres y niños» deben  ser los primeros en ser salvados. Ciertamente, aunque escuchemos muchas explicaciones muy racionales y contundentes, por alguna razón seguimos creyendo en nuestras convicciones más profundas, forjadas a lo lago de nuestras vidas  y que incluso sobreviven generación tras generación.

¡Qué podemos hacer entonces cuando nos enfrentamos a una resistencia «cultural» al cambio!

Al parecer, no basta con  hacer reuniones, dar charlas, definir nuevas metodologías, mostrar datos, análisis, conclusiones y todo tipo de argumentos racionales para explicar porqué tenemos que hacer algo de una manera diferente. Tenemos que encontrar la manera de enfocar o planificar el mensaje mas allá de sólo lo racional. Parece ser muy importante entonces enfocar el mensaje de tal manera que la gente lo sienta de una manera muy personal y emocional, ya que investigaciones muestran que «cuando codificamos cualquier cosa con connotaciones emocionales o personales, se recuerda mejor en la memoria«. Esta última cita la extraje de este otro reportaje (english version) en el que explican porqué algunas canciones (llamados gusanos musicales o earworm) quedan pegadas en nuestra mente. Luego, lograr el compromiso de la gente a través de la motivación es fundamental si queremos que el cambio sea efectivo. Tenemos que lograr que el mensaje lo sientan como un tema personal y de este modo pasar de un plano racional al emocional, generando un mensaje lo suficientemente fuerte como para desplazar la «herencia cultural», tal como lo hace una canción pegajosa que desplaza a otra anterior.

Sólo nos queda esperar tener buena suerte y tocar la melodía adecuada.