En la etapa de mitigación, ya identificadas nuestras prioridades podemos definir lo que haremos. Tenemos tres alternativas de acción: reducir, transferir o aceptar.
Para reducir el riesgo, se deben implementar acciones preventivas y correctivas orientadas a anticipar, eliminar o reducir la causa raíz que hace posible la ocurrencia del riesgo frente a la exposición de un determinado peligro o amenaza. Por ejemplo, podría ser incluso necesario suspender el proceso y aplicar una reformulación del mismo.
En ocasiones es posible transferir el riesgo a un tercero, como una aseguradora o a un externo (subcontratación). El problema es que es difícil transfer todo el riesgo dado que siempre quedan situaciones no cubiertas. Además, se generan otros riesgos, propios del proceso de administración de esta transferencia (por ejemplo incumplimientos de la Ley de Subcontratación).
Los criterios de aceptación del riesgo están asociados fuertemente a los valores y a la cultura de la organización ya que definirán hasta donde estará dispuesta a tolerar las eventuales consecuencias. La aceptación sucede, por ejemplo, cuando la mitigación es más costosa que el impacto del riesgo.
La acción de mitigación que tomaremos dependerá de la priorización previa que hayamos hecho en la etapa de evaluación del riesgo, por ejemplo, en función de la siguiente clasificación:
Esta etapa requiere de un equipo de personas con competencias fuertemente orientadas a la planificación de tareas.
La etapa siguiente es el control en la gestión de riesgos.
Ver ejemplo de la etapa de Mitigación de Riesgos.
Ver Un Modelo de Gestión de Riesgos.
Juan Ramón Soto Daniels contacto@www.controldecalidad.cl
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